salvar el fuego

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Guillermo Arriaga, 2017
July 18, 2020 → July 27, 2020

  • Me preguntó sobre la familia y el trabajo. Compañía, bien. Academia, bien. Con Claudio, muy bien. Los niños, perfecto.
  • Gritan. Disparan. Huyen. Atacan. Lloran. Gimen. Acuchillan. Golpean. Braman. Arremeten. Asaltan. Defienden. Hieren. Matan. Rugen. Avanzan. Mueren. Puñetazos. Cuchilladas. Tiros. Oscuridad. Sangre. Bengalas. Fulgores. Muerte.
  • «Te sobra mundo, pero te falta calle.»
  • Las fuerzas policiales irrumpen por varios flancos. Los presos los rechazan. Los Aquellos tienden una trampa. Varios federales entran a un bloque. Explota dinamita. Siete. Ocho muertos. Los oficiales retraen sus tropas. Retirada. Los rebeldes los rodean. Órganos, perforados. Hígados. Pulmones. Intestinos. Páncreas. «Atrás, atrás, atrás.» Sombras se desplazan de un lado a otro. Tinieblas. Francotiradores. Tres, cinco, caen. Los perros embisten. Carne desgarrada. Músculos arrancados. Ladridos. Gruñidos. Disparos. Chillidos. Canes baleados. Estertores. Orejas gachas. Cascabeleo de muerte. Frío. Humo. Fuego. Neblina. Helicópteros. Luces. Persecución. Obuses. Barretts 50. Bazucas. Rotores. Cañones. Morteros. Explosivos. Fulgores. Fuego. Quemazón.
  • Cumplía así con los propósitos de la escritura: escribir para compartir, para confrontar, para provocar. Escribir para rebelarse. Escribir para reafirmarse. Escribir para no enloquecer. Escribir para apuñar. Para apuntalar. Para apurar. Escribir para no morir tanto. Escribir para aullar, para ladrar, para tirar tarascadas, para gruñir. Escribir para provocar heridas. Escribir para sanar. Escribir para expulsar, para depurar. Escribir como antiséptico, como antibiótico, como antígeno. Escribir como veneno, como ponzoña, como toxina. Escribir para acercarse. Escribir para alejarse. Escribir para descubrir. Escribir para perderse. Escribir para encontrarse. Escribir para luchar. Escribir para rendirse. Escribir para vencer. Escribir para sumergirse. Escribir para salir a flote. Escribir para no naufragar. Escribir para el naufragio. Escribir para el náufrago. Escribir, escribir, escribir.
  • Más patrullas, más azules, más seguridad privada. Un cardumen de guachos. Y para donde mirara uno, había cámaras. Cientos de ellas. Cajitas con lentes empotradas en cada poste de luz y en cada entrada de las casas. Ya no supo quiénes estaban más vigilados, si ellos en la cárcel o estos en sus colonias residenciales. mexico
  • JC ve la chanza real de fugarse. Las manadas son incontenibles. Siente el impulso de correr a su lado. Se detiene. Su obra. Se encuentra arriba bajo su catre en la oscuridad. ¿Vale la pena regresar por ella? La chusma puede usar las cuartillas para prender fuego. ¿No es para eso una obra: para prender fuego? «Si mi casa se quemara y solo pudiera salvar una cosa ¿qué salvaría?» El fuego, el fuego, el fuego. Es ahora o nunca, José Cuauhtémoc. Marina está allá afuera, pendejo. Fuego. Fuego. Fuego. Llevas la obra en tu cabeza. Ahí está guardada. Cada historia te la sabes de memoria. Ve por Marina. Apuesta por el fuego, José Cuauhtémoc. Apuesta. Estás a trescientos metros de la libertad. El fuego. El fuego. Anda, cabrón. Arranca con ellos. Marina te espera. Vuelve la mirada hacia el bloque de celdas. «Si mi casa se quemara y solo pudiera salvar una cosa ¿qué salvaría?»
  • En chinga la chota se puso en alerta. Cuatro balazos no dejaron a los guajos impávidos y menos cuando después de cada tronido aterrizaba un custodio con una raja de alcancía en la claraboya. mexico
  • Las relaciones se construyen con momentos invisibles para el otro y de los cuales jamás se enterará.
  • «Ya que nuestra casa se encuentra en llamas, calentémonos con el fuego», reza un antiguo proverbio italiano. No tenía la menor duda de que mi casa se había incendiado. Mi relato podía convencer a los demás. Estaba impecablemente estructurado. A la única persona que no convencía era a mí misma. Pasaría el resto de mi vida repitiendo el cuento como periquito para no caer en contradicciones cuando decenas de personas podían atestiguar cuán falso era. Mejor asumir la quemazón de mi casa. De mi vida pasada solo quedarían escombros. Afrontar el fuego se convirtió en mi única opción.

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